martes, 27 de septiembre de 2011

Los problemas y el sentido de la vida

La vida, sus problemas, los problemas de la vida... ¿Es todo así?

La mayor parte de la gente utiliza los problemas como combustible para vivir. Es el combustible más barato, todos tienen problemas, y los que no tienen en muchos casos se los fabrican a su medida.

Somos puestos en este Mundo sin previo aviso, destinados a sobrevivir y llevar esa supervivencia de la manera más amena posible. Nadie nos da un objetivo por el cual luchar, nadie nos da un manual. La vida es tan simple como eso: Sólo se trata de vivir (Ya lo dijo Lito Nebbia). El resto de las reglas u objetivos que son planteados para la mayor parte de los humanos (léase tener un trabajo, formar una familia, plantar un árbol, etc) son puros artificios ideados con el objetivo de darle un sentido a la existencia. Y digo artificios sin ninguna connotación negativa.

Los humanos aprendimos a ignorar el sinsentido de nuestro devenir como método de "protección". Alguien que se cuestione continuamente el sentido de sus acciones probablemente acabe por caer en un pozo depresivo, de no encontrar respuestas satisfactorias.

El famoso "sentido de la vida" es algo que de por sí cada uno se otorga a sí mismo, influenciado (obviamente) por el entorno y por ciertas personas a las que uno idealiza. Cuando algún tipo deprimido dice "Mi vida no tiene sentido" y frases por el estilo, no es sólo alguien triste, sino que es alguien que se detuvo a analizar las cosas más de lo "recomendable". Buscarle un sentido concreto a la vida es buscar agua en un desierto. No hay sentido más allá del que uno se construye, no hay camino más allá del que uno forja. Yo creo que esto, por más desalentador que suene, es al contrario, una versión algo más optimista. La vida puede tener miles de sentidos interesantes. 

En lo personal creo que una buena manera de darle una especie de rumbo a la existencia es saber lo que se quiere hacer y ser antes de morir, y evitar a toda costa llegar al fin de la vida arrepentido. Esto, demás está decirlo, resulta muy complejo, pues por más voluntad que se tenga, el destino y la casualidad de alguna manera existen, y nos condicionan demasiado.

Con este texto no pretendo sostener que la vida debe llevarse sin objetivo ni problema alguno, ni mucho menos. Simplemente creo que todos nos hacemos problema muchas veces por cuestiones intrascendentes o que no hacen a la vida en sí misma, sino que existen por el hecho de plantearnos objetivos y un sentido transitorio en este gran sinsentido que es la existencia humana.



PD: Después de dos meses volví a escribir algo. Ahora espero mantener el ritmo y recuperar la costumbre, una de las pocas sanas que tengo.